TABARE DIJO QUE NO."POR QUE NO TE VAS A PESCAR TABARE".

¡Noooo...!

Por segunda vez en seis meses, Tabaré Vázquez declaró que no se postulará a la reelección, pocas horas después que el presidente del Directorio del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, lo exhortara a aclarar definitivamente su postura en tan crucial asunto. Vázquez expuso las razones por las cuales rehusará toda propuesta continuista que se le haga, similares a las que había señalado en junio pasado cuando excluyó de su futuro los intentos para ser reelecto para un segundo mandato.

Algo llamativo de esta salida del presidente es que, al tiempo que se pronunciaba sobre el tema, dos de sus colaboradores más cercanos expresaban opiniones diversas, reveladoras de una absoluta desconexión con el titular del Poder Ejecutivo. El director de Planeamiento, Enrique Rubio, cuyas oficinas están en el mismísimo edificio Libertad y al que se supone en constante contacto con Vázquez, criticó "el derecho que se abroga el doctor Larrañaga de interpelar todos los días al presidente". A este último, en cambio, el reclamo de Larrañaga no sólo no le resultó criticable sino que resolvió atenderlo con rapidez, cosa que debe haber dejado estupefacto a Rubio.

Otra muestra de descoordinación la brindó el ministro de Transporte, Víctor Rossi, al exhumar -en simultánea con la declaración de Vázquez- la peregrina idea de convocar a elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente, recurso extremo para reformar la Carta y permitir la reelección. Su propuesta resultó trasnochada, en especial porque en la descripción delineada por Rossi la continuidad de Vázquez emergía como imprescindible.

El cuadro que se ofreció distó de ser el de un equipo con fluida comunicación entre sus miembros y con una línea de conducta. Reveló además la preocupación rampante en sus filas por la dificultad en seleccionar al candidato a reemplazar a Vázquez, algo que, con el correr de los meses, se va tornando en obsesión. Así, el Frente Amplio, que gusta autodefinirse como "un partido de ideas", termina exhibiendo su dependencia de una sola persona -un "Mesías" diría Vázquez- que venga a sacarlo del marasmo sucesorio en que está sumido.