¿QUE INTERESES OCULTOS TIENE EL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ CON LOS GRUPOS GUERRILLEROS DE LAS FARC?

Es la pregunta que nos hacemos al ver todo este circo que se monto, en cuanto a la liberación de los rehenes, y los entredichos entre Chávez y Uribe.

A través de Internet el comentario circula por todo el mundo, y sin embargo no ha dado lugar a mayores inquietudes. Una información de "Noticias 24" observó que al momento de ser entregadas las rehenes secuestradas por las FARC, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela arengó a los guerrilleros que se retiraban, transmitiéndoles en nombre del presidente Chávez que "estamos muy pendientes de su lucha. Mantengan ese espíritu, mantengan esa fuerza, y cuenten con nosotros". La respuesta fue: "estamos para servirles".

Ninguna de las dos rehenes presentaba el aspecto de personas que hubieran estado seis años en cautiverio. Claudia Rojas, con moñera y perfecto corte de pelo se despidió con efusivos besos y apretones de manos de los guerrilleros escoltas. Estaba en mucho mejores condiciones físicas que cuando se tuvieron sus dos primeras pruebas de vida. El mismo corte de pelo presentaba la ex senadora Consuelo González de Perdomo, además arreglada con secador, bien vestida, con excelente semblante. Peor se encontraban sus familiares, más allá de que estuvieran hospedados en un alojamiento de lujo, como es el Hotel Meliá Caracas. Ver a algunos, partía el alma.

Haciendo memoria y revisando archivos fotográficos de la salida de William Miehaus de su anterior y corto cautiverio, no se entiende qué tipo de guerrilleros mantenían secuestradas a estas orondas damas. Lo mismo sucedió cuando aparecieron Richard Boulton, esposo de una ex Miss Venezuela, o el Cura Calderón, con aspectos propios de los rigores de una vida sin libertad. Aleidys Call, autora de este comentario, imagina a estas secuestradas en la selva, viviendo entre modistos y peluqueros.

Un supremo montaje parece elaborado por quien usó a las dos damas, quizá por preparadas para cambiar su imagen, muy diferente por cierto de la que luce Ingrid Betancour. Quizá algún "oligarca bolivariano" se prestó a alojarlas en una suerte de instituto de belleza en lugar de convivir entre asesinos de buenos y honestos colombianos.

Pero, más allá del estado de las secuestradas-liberadas, lo que realmente llama la atención es la arenga del canciller venezolano.